martes, 9 de julio de 2013

Panteón Nacional y Mausoleo del Libertador

A lo largo de la historia Venezolana encontramos muchos relatos y vivencias que tienen como protagonistas a grandes héroes los cuales en su momento lograron cambiar el rumbo y el sentido de muchas vidas,  el más grande de todos ellos nació en la Ciudad de Caracas el 24 de Julio de 1783 y su nombre es Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios al cual todos los Venezolanos consideramos como el Padre de la Patria y además es Libertador de seis naciones Americanas (La República Bolivariana de Venezuela, La República de Panamá, La República del Ecuador, La República de Colombia, La República del Perú y  el Estado Plurinacional de Bolivia)

El complejo monumental Libertador es un espacio ubicado en el centro de la Ciudad de Caracas a pocas cuadras de la Plaza Bolívar (entre las avenidas Norte y Oeste 13, entre las esquinas de Panteón a El Misterio, parroquia Altagracia, municipio Libertador) este templo histórico fue declarado como monumento histórico nacional en el año 2002. El Complejo está compuesto por  el panteón nacional, el cual es una estructura en forma de iglesia que data del año 1875, cuando fue inaugurada por el entonces presidente General  Antonio Guzmán Blanco, luego le sigue el Mausoleo del Libertador, el cual es una edificación totalmente moderna inaugurada en el año 2013 la cual posee una estructura en forma de vela de barco y esta coronada por un pebetero que emite una llama eterna. 

Los alrededores de estas dos estructuras se encuentran engalanados con frescos jardines y amplias camineras, además hay que resaltar que justo de frente a la entrada del Panteón nacional se encuentra un imponente tricolor nacional y una plaza rodeada de gradas con pocos niveles, las cuales dan la imagen de un pequeño foro, el cual es ampliamente usado en las fechas patrias para organizar las paradas militares

Al caminar por la explanada de la entrada del panteón nacional y enfrentarse a las escaleras de este mítico recinto se siente gran expectativa por conocer cada rincón de la histórica estructura, después de pasar por el punto de control en la entrada se ingresa a la nave central de la antigua iglesia y que hoy configura el sitial de descanso eterno mas alto y solemne de nuestra patria, allí reposan los cuerpos de aquellos hombres, mujeres  y próceres que le dieron vida a nuestra Venezuela y muchas otras naciones, el piso de mármol y techos recubiertos por impresionantes frescos te hace sentir el calor de muchas batallas, la fuerza del pensamiento libertario  y la gloria de la victoria, pero al mismo tiempo mientras se sostiene un  paso lento  y se desciende la mirada en el lugar indicado el corazón se llena de nostalgia, al ver que allí están aquellos héroes de los cuales muchos no lograron ver sus sueños hechos realidad, pero dieron el impulso, el primer paso para lograr grandes cosas.

Un caso muy peculiar sucede con aquel monumento blanco que posee un águila sosteniendo con su garra derecha la tapa de un féretro que espera con sobriedad y ojos de esperanza la llegada a nuestras tierras del venezolano más universal del siglo XIX el Generalísimo Francisco de Miranda.

Continúa el recorrido, mirando aquí y allá buscando nombres en el piso y aventurando la vista en el techo, con la esperanza de encontrar alguna de las pinturas famosas y a su vez  imaginando los grandes momentos de aquellos personajes que sin duda dejaron una huella dentro de nuestra memoria.

Es así como con un paso lento y sediento de conocimiento se logra prestar atención a algún guía que va narrando historias y detalles de cada rincón de este majestuoso sitial, pero la mayoría de las veces la curiosidad de buscar por sí mismo es mayor y es como de repente se llega a lo que en algún momento era el altar mayor de la antigua iglesia, y allí se encuentra una pequeña placa que dice “Entre 1876 y 2011 reposaron en este lugar los restos del Padre de la Patria Simón Bolívar máximo héroe de la libertad y la unidad de Nuestra América”  y es en ese momento cuando el corazón late más rápido y la emoción recorre el cuerpo ya que cada vez se está más cerca del gigante de América.

En la parte superior de la inscripción antes mencionada se encuentra una imponente  lámpara de cristal de Baccarat con cuatro mil piezas de cristal y doscientas treinta luces, que inspira grandeza y elegancia. Pero al mirar al frente  se encuentra atravesando la pared de la vieja iglesia aquel zaguán que indica que el momento a llegado, al emprender el camino y cruzando un pequeño pasillo de cristal este te trasporta mas de cien años, ya que poco a poco se va dejando atrás la estructura neo colonial del Panteón y  se va adentrando en la modernidad del Nuevo Mausoleo, construido sobre 2.000mt2 y 52mt de alto, con acero ensamblado en talleres venezolanos, láminas traídas de Suiza para recubrir el esqueleto, cerámicas de España, granito negro proveniente de Sudáfrica y acero corten, de Estados Unidos.

Allí esta! El más grande venezolano que la historia a conocido, El Libertador Simón Bolívar se encuentra a pocos metros, engalanado por un mausoleo que transmite paz, silencio y gran espiritualidad, siempre a media luz y con su sobria guardia de honor con sus relucientes uniformes de usar rindiéndole tributo eterno, de un lado  las Banderas de sus 6 Repúblicas, que recuerdan sus luchas y sueños, un pequeño traga luz en el techo que escurre pocos rayos de claridad da esa sensación de alegría y a al mismo tiempo nostalgia, de emoción y tristeza, pero a pesar de los sentimientos vividos por reencontrarse con el pasado lo majestuoso del lugar es propicio para admirar, recordar u orar, es así como sentado en un pequeño banco de un lado se puede mirar con más detalle, y es allí cuando se observa aquel imponente sarcófago, elaborado en caoba moldeado a mano, con perlas traídas desde la isla de Cubagua, Oro de 22 Quilates donado por el Banco Central y el cual se encuentra distribuido en la parte superior con 8 estrellas y el escudo Nacional como símbolo de la Patria venezolana, en las paredes extremas las iniciales SB dentro de una corona de laureles y en los laterales inferiores figuran una punta de lanza por cada año que vivió el Libertador, es decir suman 47 en su totalidad.

Desde aquel banco se detiene el tiempo y se admira la grandeza de un hombre que descansa en un lugar solemne y apropiado, bajo la mirada vigilante de su misma escultura tallada en mármol durante el año  1852 por Pietro Tenerani. Al comenzar la despedida de repente con el sonar de una marcha viene el cambio de guardia, y se ilumina la pared frontal con los colores del tricolor venezolano, el paso firme y patriota de la guardia de honor, batallón creado por el mismo Libertador erizan la piel y con excelente orden gritan su consigna y se preparan para cumplir una larga jornada rindiéndole tributo y protegiendo al que por siempre será el Liberador de América.

© Israel F. Martínez González


























































Vídeo del Cambio de Guardia en el Mausoleo del Libertador.




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