El señor es mi pastor y nada me falta en verdes
praderas me hace descansar, así reza un milenario escrito qué invoca la
presencia de un dios en tiempos difíciles, tiempos como estos, en los cuales la
humanidad se encuentra en aprietos, donde los inviernos comienzan a durar
años, las flores se marchitan, el frío
agobia y la oscuridad de la noche es cada vez más densa, tiempos en donde la
solidaridad desaparece y la anarquía prevalece sobre todas las cosas, en dónde
no existen gobiernos ni autoridad alguna, donde el dinero ya no importa, la
energía eléctrica es cosa del pasado y donde la crueldad de la humanidad
refleja la verdadera razón de nuestra existencia, es por ello que el valle de
las sombras parece eterno, sin salida, un lugar de olvido, un sitio de
desolación y sin importar que tan rápido el mundo gire ya este panorama es una
realidad de la cual no se puede escapar.
La Fría 19 de Abril de 2020
ISRAEL F.
MARTÍNEZ G.