lunes, 10 de agosto de 2015

Caracas una Ciudad de Sueños y Múltiples Senderos


              Cuando cotidianamente hablamos de ciudades donde podemos  encontrar modernidad, diversidad grandeza y pasión, la mayoría de las veces pensamos en Nueva York,  Hong Kong, Ámsterdam o París, y dejamos de lado lo que nos rodea nos protege y al mismo tiempo nos destruye, Caracas es un mundo lleno de recuerdos, un laberinto de emociones, un jardín diverso, pero es de esos sitios que también ocultan miles de recuerdos.

Vista parcial de la Ciudad de Caracas 

              Caracas en la mañana te enamora, ya que  la neblina que cubre el valle y deja un ambiente fresco hace que la ciudad se llene de un clima joven, que te invita a luchar por tus sueños. Cuando el sol se posa en lo más alto del cielo y brilla con todas sus fuerzas te recuerda lo rudo de la vida y  la constante lucha por seguir adelante en una ciudad que ruge, quema, desespera y al mismo tiempo te enseña. Al final del día los edificios se tiñen de gris el cielo pierde su color y la lluvia hace olvidar el calor, la nostalgia se vuelve parte de tu día, caminado buscas tu rumbo a casa, el metro te hace luchar y las avenidas te hacen reír, la noche se acerca, un mundo oculto nos espera. Caracas es una multiplicidad de personalidades y con la luna en el horizonte todo cambia, las luces se encienden, pocas estrellas aparecen, la lluvia continúa suavemente, un nuevo rostro se revela, los bulevares brillan de colores diversos y las calles trasversales ocultan un secreto,  miles de luciérnagas se posan sobre sus montañas,  las calles comienzan a quedar vacías, la curiosidad, el temor y la imaginación se combinan y rigen tu destino, cruzas la calle esperas un bus, una moto, un jeep, un carro, solo tú lo sabes.
Centro de Caracas 
Av. Urdanta
Atardecer sobre el Oeste

Tomenta sobre el 23 de Enero







Atardecer en Catia 




Plaza Bolívar de Caracas  











               Los sueños fijan tu destino y los pasos marcan tu camino, una mirada al horizonte te reconforta, un mundo te espera, es increíble poder ver desde tu cuarto hasta más allá de la Plaza Venezuela. Afrontas un reto el trabajo o la universidad, te esperan. En un teleférico desciendes hasta el corazón de la ciudad sobre ríos y autopistas pasas desapercibido, grandes torres te reciben y te dan la bienvenida.  Aunque sabes que no eres un extraño sino parte de la familia, total vienes de la misma Caracas, es más la conoces desde arriba. Los sueños son parte de la vida y en la ciudad capital todo se combina, una vez que sales de la cabina te enfrentas al día y aprecias lo bello que otros nos brindan. Muchos pasillos que nos llevan a múltiples destinos, uno de ellos te impulsa hasta la acera de la gran avenida, es la misma que un gigante lleno un día, la misma que los niños disfrutan en su día, la misma que en dictadura fue construida y que a los campos elíseos quería ser parecida, más allá una bella dama durante la cuarta fue construida, alberga las artes y hasta concursos de belleza por algo lleva por nombre Teresa, cruzando la plaza que custodia a las ciencias llegas al parque de múltiples alegrías y patinetas, una gran plaza se oculta entre el roció de la naturaleza, pero no te detengas sigue caminando hasta pasar la última puerta y allí encontraras el punto de referencia pues no más que la fuente de la Plaza Venezuela.


Av. Bolívar 


Vista Parcial de la Autopista Francisco Fajardo








Vista Parcial de San Agustín del Sur 

Av. Bolívar








Museo de Los Niños 











               Muchos creen conocerte, muchos creen amarte, muchos te odian pero pocos te comprenden. Entre críticas y regalos tienes que sostenerte, pero sin duda eres grande y jamás  temes, pues son tus habitantes los que sin duda alguna van a protegerte, sigues siendo grande y tienes miles de pretendientes. Solo tú cuentas con el domo donde todos quieren presentarse y el teatro donde tiempo atrás solo podían sentarse los más elegantes. La avenida en línea recta más grande del país solo tú la posees y la calle más concurrida de América Latina. Solo tú tienes un hotel entre las nubes y la cruz que solo en diciembre nos ilumina. Tu entre calles y avenidas cuentas con las mejores autopistas, las torres más altas de país tienen la dichas de ser parte de tu vida, el palacio presidencial cuenta entre una de tus reliquias, sin olvidar que custodias la casa y el mausoleo del hacedor de naciones. En una mina de concreto que se extiende hacia arriba el oro de toda una república se vigila, la vida transcurre a gran velocidad todos los días y no se está permitido morir sin pasar por monolitos algún día. Muchas paradas y gran algarabía son el distintivo de trenes que trabaja todos los días. Unas pequeñas cabinas que se confunden con los pájaros  son significativas pues por allí viaja la gente entre tristeza y  alegría. Un obelisco, confidente de enamorados y refugio de anarquistas, por la noche con la bandera de ocho estrellas brilla. Son miles historias como para contarlas en un día, pues es una larga vida la que nos enseñas cada día.


Cruz del Ávila

Bulevar de Sabana Grande

Palacio de Miraflores

Plaza Francia de Atlamira


Torre del Banco Central de Venezuela

Av. Universidad (Sentido Este - Oeste)
Torre del Banco Central de Venezuela


Panteón Nacional y Mausoleo del Libertador 

Patios y Talleres del Metro de Caracas en Propatria 

Hotel Humboldt

Calle Unión (Sabana Grande)

1 comentario:

  1. Bellisimo relato sobre Caracas, un ciudad multifacética, llena de problemas y a la vez con un encanto único donde cada día es una nueva experiencia y donde los lugares y su gente te hacen sentir en casa.

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