Una Noche Cálida Caminando Entre las Viejas Calles De La Ciudad
La foto contempla el espacio comprendido entre las esquinas de San Jacinto y Traposos en el centro de la Ciudad de Caracas que forma del casco histórico colonial. En su espacio algunos íconos patrimoniales y otros de extrema popularidad que de no ser patrimonio están en la mente del venezolano de antaño.
Se encuentra inmerso en su espacio es uno de los sitios más antiguos de la Ciudad de Caracas, La Plaza de San Jacinto remontándose sus orígenes al año 1595 cuando allí se estableció el Convento de San Jacinto por parte de los Dominicos, hoy llamada toponímicamente Plaza El Venezolano debido a que allí estaba erigida una estatua (en vida) de Antonio Leocadio Guzmán la misma fue ordenada por su hijo Antonio Guzmán cuando fue presidente de Venezuela. Representado se halla también otras importantes edificaciones coloniales, como La Real Audiencia, instalada en 1786 al lado de la Casa del Libertador, y cuyo lugar están ahora el Museo Bolivariano y la Sociedad Bolivariana de Venezuela.
La plaza formaba parte del convento hasta que en el año 1660 los Dominicos fueron obligados a abandonar el lugar que fue pasado a ser administrada por el gobierno provincial de aquellos tiempos.
Frente la casa del Prócer de la independencia existió luego la muy conocida “Casa del Liki-Liki y la famosa sombrerería Tudela”, otro establecimiento de mayor recuerdo situado frente a la plaza, aun existente es “La Atarraya” famoso expendio de bebidas alcohólicas de gratos recuerdos de los beberos de años acumulados. En el año 1802 se inauguró en ella un “Reloj de Sol” realizado en mármol a instancias de Alejandro Humboldt y en el año 1809 el lugar fue convertido en un mercado. Pese a quedar prácticamente destruido por un fuerte sismo en el año 1812.
Llama la atención el pavimento de la cuadra el cual se encuentra empedrado costumbre cartaginesa según algunos críticos, dejada en España y trasladada a Venezuela en tiempos de la colonia.
Relato Escrito Por: Lic. Juan Martínez
Relato Escrito Por: Lic. Juan Martínez
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